jueves, 25 de noviembre de 2010

CRYSTAL CASTLES - Sala Apolo (BCN) _ 07/11/2010


Como ya va siendo habitual (muy a mi pesar), no he tenido tiempo hasta hace poco de escribir la crónica de la actuación de Crystal Castles en Barcelona, así que con unas semanas de retraso (Y ya con la del reciente concierto de Arcade Fire pendiente) ahí va la crónica:


La visita de Crystal Castles a nuestro país estaba programada para la primera semana de Noviembre. Empezaron tal como estaba previsto el día 2 tocando en Madrid, pero por lo visto la cantante, Alice Glass, se lesionó el tobillo haciendo el cabra, lo que provocó las cancelaciones de sus dos fechas siguientes, en Oporto y Bilbao. La duda sobre si cancelarían también en Barcelona estaba en el aire. Por suerte tenían una deuda con la ciudad a causa de su anterior visita, la sonada actuación en la edición del Sónar del año pasado, donde a causa de problemas técnicos de sonido acabaron su actuación de malas maneras y antes de tiempo. No se si fue por eso, pero finalmente el concierto se llevó a cabo (con todas las entradas agotadas por cierto), aunque con una Alice más calmada de lo habitual.


De los teloneros Fuzzy White Casters no puedo decir demasiado ya que apenas vi un par de temas, pero sonaban bien para ser una banda nacional y sobretodo para lo jóvenes que parecían. La propuesta recordaba mucho a Klaxons.

La verdad es que no estaba seguro de que me fuera a gustar, pero sentía curiosidad por ver como se desenvolvía en directo una banda como esta, con una faceta electrónica tan importante. En formaciones como esta no es fácil saber hasta que punto la música que suena está grabada de antemano, y que está siendo "tocado" realmente en directo, pero visto el resultado la verdad es que personalmente poco importa, el tipo de show se encuentra a caballo entre una sesión de Dj (En ningún momento hay presentación ni despedida de la banda ni de las canciones, la banda llega, actúa, y sin mediar palabra con el público se van, puede sonar borde pero es una manera perfecta de mantener el aura misterioso de la banda) y un concierto de rock (punk rock) al contar con batería y cantante, y sobretodo por un tema de energía y actitud, ofreciendo un espectáculo más enérgico que el de la mayoría de bandas en principio más puramente punk.

A lo largo de los años hay conciertos que te impactan especialmente, en mi caso uno fue el primero que vi de Porcupine Tree en la sala Bikini en 2003. En este viví dos de los momentos opuestos más intensos que recuerdo en un concierto, por un lado la hermosura desbordante en el estribillo de "Russia On Ice" con unos focos cegadores, y por otro la oscuridad de escalofrío en el momento más heavy de "Strip The Soul" en el que que la sala quedaba sumida en la oscuridad con el pesado riff de fondo. Cuento esto porque sin duda en este directo viví otro de los momentos más conseguidos vividos en un concierto, fue con la intensa introducción de ruido y cruda música electrónica, en el que tras un buen rato de luz intermitente exagerada y estridencia, daban paso a la oscuridad absoluta mientras comenzaba el tema Fainting Spells (que sin duda gana mucho en directo), para continuar con una luz intermitente de nuevo pero en esta ocasión más espaciada. Lástima únicamente que debido a las lamparas rojas de la sala que se mantienen encendidas con una luz tenue todo el concierto, la oscuridad no fuera del todo completa, pero el efecto era espectacular igualmente.

Siguieron fuerte con "Baptism", uno de los temas que más me gustan del último disco y así se fueron sucediendo sin tregua muchos de sus mejores temas como la potentísima "Doo Deer" (que en disco está bien, pero en directo gana muchísimo), "Crimewave", "Alice Practice", "Celestica" o "Untrust Us". El concierto a ojo y por lo que he leído por ahí no duró más de una hora, motivo que ha causado más de una queja, pero que a mi, aunque evidentemente me hubiera gustado que hubieran caído ausencias como "Not In Love" y "Vanished", me parece que en este caso duró lo que tenía que durar, el tiempo justo. Un concierto de ese tipo basado en la contundencia e intensidad de la propuesta quedaría diluido de durar más de lo que debe, de haberse alargado muy probablemente lo espectacular se habría acabado convirtiendo en pesadez.

Pues lo dicho, aun con una Alice Glass lesionada no pudiendo dar el 100% de sí misma (si bien aun así transmitía más energía que la inmensa mayoría de frontmans), uno de los mejores directos que he podido ver este año por parte de una banda que se encuentra en su mejor momento.

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